Trabajar, trabajar, trabajar
Después de tres días de trabajo puedo decir que estoy contenta. Es algo relacionado con lo mío, la gente es maja, el sitio está bien y el trabajo no es duro. Ahora tendré que acostumbrarme a tener solo la mitad del día para dedicarlo al millón de cosas que aún tengo que hacer (artículos, publicar la tesis, pedir becas, hacer papeleos varios, etc)
De todas maneras quiero romper una lanza a mi favor: ¡¡¡no he tenido vacaciones!!!
Sólo dos días de vegetación que me han sabido a muy poco y ya andan aquí los apañeros raemaniacos agobiando. Son de un exigente: termina la tesis, búscate un trabajo, ven pronto por la tarde... aing. Como dice Ortega Cano: ¡¡dejenme en paz, dejenme vivir!!
La buena noticia es que me han regulado las lentillas (en realidad tengo otras nuevas) y ahora ¡¡veo!! yujuuuuu.